La Dra. Carmen del Pilar Suarez Rodríguez, destacada docente investigadora de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP) en la Coordinación Académica Región Huasteca Sur (CARHS), ha subrayado la importancia del papel de las mujeres en la ciencia y la academia, considerándolo como un motor para la transformación del mundo.
En palabras de la Dra. Suarez, el reconocimiento de las mujeres en la ciencia, junto con otros grupos sub representados, no solo es un homenaje a su contribución al conocimiento y su aplicación, sino que también representa un impulso para lograr un mundo más equitativo e igualitario, especialmente para aquellos grupos históricamente marginados.
La Dra. Suarez ha enfatizado el papel fundamental de la universidad en el desarrollo de la comunidad, donde a través de la vinculación y los resultados de la investigación, se generan soluciones a los problemas locales. Ejemplificando este impacto, menciona el caso de Tamazunchale, donde la presencia universitaria desde 2012 ha inspirado a los jóvenes a aspirar a una vida mejor.
Con casi cuatro décadas de trayectoria en la UASLP, la Dra. Suarez ha transitado desde sus días como estudiante de preparatoria hasta su posición actual como profesora investigadora en la Coordinación Académica Región Huasteca Sur. Su formación como Doctora en Ciencias en Física Educativa le ha permitido centrar su investigación en la educación en ciencias para el desarrollo local, especialmente a través de la educación STEM, con un enfoque en la resolución de problemas comunitarios bajo el prisma de la sustentabilidad.
Actualmente, la Dra. Suarez dirige diversos proyectos que reflejan su compromiso con la educación transformadora, como el «Corredor de Aviturismo de la Huasteca», «Establecimiento del Cacao como Sistema Agroforestal en la Huasteca Potosina», y «Energías Renovables para el Aprovechamiento de los Productos Agrícolas», entre otros. Además, ofrece consultorías internacionales sobre educación STEM a instituciones y gobiernos de América.
La labor de la Dra. Suarez ejemplifica el impacto positivo que la educación y la investigación pueden tener en las comunidades locales, así como su compromiso con la equidad de género y el desarrollo sostenible. Su contribución resalta el potencial transformador de las mujeres en la ciencia y la academia.
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