Creo fervientemente que no nos preparamos para vivir la vida, a veces al menos eso me pasa, vivo la realidad del momento, pero cuando me llegan los recuerdos me doy cuenta que he vivido mucho y muchos momentos importantes, al enterarme de la triste Noticia, de la muerte de Jorge «Ursus» Muñoz Remolina, solamente recordaba los años que vivió como jugador profesional, y de repente caí en la cuenta de que me había tocado conocer a Rolando y a Jorge, bien chamaquillos los dos, a quienes nos tocó vivir algún tiempo, cerca de la Escuela Normal del Estado, por el lado de la primaria Mariano Jiménez, había un amplio terreno que los chamacos, vecinos del lugar, utilizábamos para jugar beisbol o fut bol, ahí se metían a jugar Rolando y Jorge y pese a su corta edad, los juntábamos en los partidos que organizábamos, no era nada fácil meternos a los terrenos de la Normal del Estado, había veladores, que estaban todo el día vigilando, precisamente que no se metiera nadie a jugar, recuerdo a dos de ellos, solamente sus nombres, Don Pantaleón y Don Julián, el primer era imposible de convencer que nos permitiera jugar, cuando nos sorprendía de inmediato nos echaba fuera, Don Julián en cambio con su Kepi que siempre usaba, era más tolerante y además comprendía que no íbamos a causar ningún daño en el lugar, que fue por cierto un espacio importante en el desarrollo de muchos de nosotros, de los que jugábamos, antes de que llegaran los Hermanos Rolando y Jorge Muñoz estaban Juan Ruiz y su hermano Arturo «El Chori» Ruiz, éste último destacó en el periodismo deportivo y en el Basquet Bol, con el Equipo Capfce en la desaparecida Cancha Morelos.
Volviendo a cuando conocí a Rolando y a Jorge Muñoz Remolina, ambos jugaban bien a pesar de que Jorge era muy chico, probablemente tenía unos cinco a siete años, pero desde entonces mostraba su ímpetu y determinación en el juego, tenía una peculiaridad, que no se si la conservó hasta sus años como profesionista, jugaba con la lengua de fuera, mordiéndola, que en ese tiempo, como decía, era muestra de su ímpetu y determinación, pues no creo que así lo hiciera incluso cuando empezó a jugar a nivel Juvenil y menos como Profesional, pero era el recuerdo que yo tenía de «Ursus», buen amigo, siempre alegre, entusiasta organizando sus actividades en temporada de Invierno, para llevar abrigo a los habitantes de las comunidades Rurales, siempre mostrando su lado amable, sonriente y manifestando el saludo muy a su estilo, cada que me veía entrar al Café, en la mesa en la que se reunía con algunos amigos, apenas trasponía la puerta, escuchaba su vozarrón, nombrándome por mi apellido en diminutivo, si la muerte nos llegará por orden de edad, muchos que nos quedamos, tendríamos que haber ido adelante de Jorge Muñoz, el Impacto de la Noticia de su Muerte se va superando poco a poco, y al igual que estos recuerdos que me atreví a comentarles, quedan muchos otros más, porque aún cuando la vida nos parezca corta, si la escribiéramos en libros, ocuparíamos varios volúmenes y de seguro que Jorge para su caso, tendría muchos más volúmenes por llenar, Descanse en Paz el amigo al que recordaremos siempre.
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