Fue entre los sexenios de José López Portillo o Luis Echeverría Álvarez, los dos con serios problemas económicos, que preocupaban mucho a los Mexicanos, el relato se manejó durante mucho tiempo como un buen chiste, aunque muchos que lo comentaban decían que había sido verdad, los problemas financieros registrados en los dos sexenios mencionados, generaban el surgimiento de ideas diferentes, para sacar adelante al País y dejar atrás el problema que se agravaba cada vez más, como nunca faltan los belicosos, los provocadores, en la bancada del partido en el poder, varios legisladores comenzaron a realizar reuniones secretas con sus compañeros, para involucrarlos en las ideas que varios Senadores venían fraguando, con respecto a lo que se podría hacer para resolver los problemas que la economía estaba ocasionando a la Nación, quiero insistir en el hecho de que el relato en cuestión se platicaba como un chiste, pero se decía que era verdad lo que se había gestado, desde las más altas esferas de la Política Mexicana, entre los Legisladores pertenecientes al mismo Partido Político, al que pertenecían los Presidentes de los que se hace mención, para no tenerlos más en ascuas, entremos en materia, resulta que en esas reuniones secretas que realizaban los integrante de la bancada, del partido que se deduce, varios de los integrantes habían estado elaborando un Plan en el que tenía que ver el vecino País del Norte, si nuestros vecinos.
Llegó el día en que los autores del complot, abiertamente en una de las reuniones Secretas, lo plantearon a sus compañeros, la estrategia era simple se trataba de declararle la guerra a los Estados Unidos, entrar con las fuerzas militares a territorio Norteamericano, pelear con honor en algunos combates, pero reconociendo que las grandes diferencias entre la capacidad de las fuerzas bélicas del vecino País del Norte y su muy avanzado y sofisticado armamento, daba pocas posibilidades de triunfo al ejercito Mexicano, los conspiradores revelaron la verdadera estrategia, se trataba de hacer dicha declaración de guerra, entrar en combate, realizar algunas refriegas y entonces rendirse, de esa manera los Estados Unidos declaraban suyo el territorio Mexicano, se hacían cargo de todo y se terminaba el problema económico, lo que fue la última reunión de los conjurados, acabó cuando uno de los asistentes, pensando en los serios problemas que podrían acarrear para el País, todas esas estrategias y sobre todo considerando que no se pudiera poner fin al serio problema económico, planteó a la concurrencia y que tal si ganamos la guerra, el problema va a ser doble, si esto fue cierto o no, como anécdota quedó para la historia.
Volviendo a la realidad y la actualidad, de la forma que haya sido y concediendo al dirigente Nacional del PRI, Alejandro Moreno «Alito», que los audios difundidos por la impresentable gobernadora de Chiapas, Layda Sansores, hayan sido alterados, la situación para el líder del tricolor, en estos momentos en que se debe mostrar, una actitud alejada de los tiempos que hicieron caer al partido aplanadora hasta la tercera posición, por el hartazgo que provocó en la gente y que si bien, por la falta de resultados en la actual gestión Federal, y la evidencia de corrupción incluso entre los más cercanos al presidente, han dado origen al alejamiento de mucha gente que arrepentida ante la sin razón, del cumplimiento de las promesas de campaña, ahora espera que se manifieste con claridad buenas intenciones para dejar atrás, las prácticas negativas por la ostentación del poder, que con todo jamás llegaron a los niveles actuales, pero eso no basta para confiarse en que la ciudadanía por mera inercia va a confiar ciegamente de nuevo, en aquellos que defraudaron esa confianza, Alito mostró el cobre, diga lo que diga, y si quiere ganarse la confianza de la población, debe dejar de lado esas viejas prácticas, que no deberán volverse a mostrar por ninguno de los dirigentes de la llamada Coalición Va por México.
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