Ahora que tanto se habla de traidores de la Patria y se reparte esa indeseable condición, cual si fuera atribución de cualquier hijo de vecina, queriendo imponer su criterio y haciendo de lado la Ley, quienes fueron fusilados en el Cerro de las Campanas en Querétaro, aplicándose la Constitución, pero de 1857 en la que intervinieron Ilustres Mexicanos como Melchor Ocampo, Ponciano Arriaga, Ignacio Ramírez, Guillermo Prieto, Valentín Gómez Farías, Santos Degollado y otros muchos grandes hombres, que enaltecieron la Patria y plasmaron en el Constituyente de 1857, la Constitución modificada en el Constituyente de 1917, el entonces Diputado, Periodista y Abogado Duranguense escribió una Historia sobre el Constituyente de 1857, refiere que en la Sesión del 26 de Agosto de 1856 ya estaba aprobada una primera parte del artículo 33, que establecía los casos en que se aplicaría la pena de muerte, en esa misma Sesión, la Comisión presentó reformada la parte tercera del mismo artículo, en los siguientes términos, «No podrá extenderse la pena de muerte a otros casos, más que al traidor a la Patria en guerra extranjera, al salteador de caminos, al incendiario, al parricida, al homicida con alevosía, premeditación o ventaja, a los delitos graves del orden militar y casos de piratería que definiere la Ley, actualmente la Constitución establece que la traición a la Patria se comete, igual propiciando la intervención de un ejercito extranjero, prestar servicio de espionaje a un País extranjero y nada más, lo que sigue son atribuciones que se toman, quienes pretenden aplicar la Ley por su cuenta, solo porque alguien se toma la libertad de interpretar la Ley a su contentillo.
Hubo un tiempo, en que la Ciudad norteña de Tijuana, se convirtió en el cementerio ocupado por cientos de mujeres, víctimas de asesinos seriales, depravados, psicópatas, que aprovechaban la indiferencia de las autoridades, para cometer atroces crímenes, la mayoría de la mujeres sacrificadas eran trabajadoras de la llamada Industria de la Maquila, cuando las autoridades Tijuanenses por fin reaccionaron, capturaron a varias personas, autoras de tres, cuatro o cinco crímenes, pero se trataba de cientos de mujeres asesinadas, cuando entonces no se hablaba de feminicidios, sino de crímenes contra mujeres, que convirtieron a Tijuana en cementerio por asesinatos, hoy en todo el País, no estamos muy lejos, aunque muchos digan que exageramos, de que México se convierta en cementerio de feminicidios, las desapariciones y crímenes se multiplican día con día, las autoridades se encuentran en una encrucijada, en la que no definen a bien, estrategias que permitan reducir primero, y bajar al máximo las incidencias tanto de desapariciones de mujeres, como feminicidios, leí en un face un comentario de un supuesto trabajador del volante, que relataba supuestos casos de mujeres a las que había prestado servicio, que se encontraban en condiciones lamentables, que vomitaban en el carro, que no sabían el domicilio que tenían de tan perdidas que andaban por el alcohol y dentro de toda la narrativa, el personaje destacaba que él nunca había atentado contra ninguna mujer, muy bien por él, pero muy mas por quienes piensan que por el hecho de que una mujer pueda andar en estado inconveniente, es motivo para abusar sexualmente de ella y por si no fuera suficiente, asesinarla, tampoco importa si la mujer, cualesquiera que sea por descuidada es interceptada, por criminales y de esa manera las autoridades se quieren justificar, argumentando que se actúa con irresponsabilidad, para el caso las autoridades le quedan a deber a la sociedad, con las justificaciones rebuscadas que expresan, hay que trabajar señores, queda mucho por hacer al respecto.
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