ESTO ES REAL NO ES FICCIÓN.- Una persona sale de su vivienda cerca del medio día, va a comprar provisiones a una tienda ubicada en la avenida Pedro Moreno, la casa que habita esta persona está en la calle Juan Ponce de León, segunda sección de la Colonia Industrial Aviación, antes de llegar a la tienda el personaje de la historia es interceptado por tres agentes judiciales, que no se identifican, pero eso si, se muestran amenazantes con sus armas, le preguntan a la persona su nombre, se los dice, pero de inmediato le dicen que está mintiendo, que ese no es su nombre, el protagonista de la historia había salido de su vivienda, sin celular, ni identificación, pero los flamantes representantes de la fiscalía, tampoco le permitieron a la persona, ir a su casa para demostrar su identidad, por el contrario sin mediar ninguna orden judicial, subieron a la persona al auto, supuestamente oficial y lo trasladaron a las instalaciones del edificio de seguridad, esto y un secuestro no tiene ninguna diferencia, ya en el lugar, una vez comprobado que no se trataba de la persona que buscaban, regresaron a quien había sido detenido al lugar en donde queda su vivienda..
LAS RUTINAS VIOLADORAS DE LOS DERECHOS HUMANOS.- La desconfianza en los cuerpos de seguridad, que muestra la sociedad, está más que justificada, la policía estatal de acuerdo a otra experiencia vivida por la misma persona, de esta narración, sufrió un atraco no en despoblado, sino en la misma intersección, de Avenida Pedro Moreno y Juan Ponce de León, tres patrullas estatales, con dos elementos cada una, cuatro hombres y dos mujeres, cual vulgares raterillos, sin ningún cargo de por medio, le quitaron 600 pesos, que divididos entre los seis les tocó de a cien pesos a cada uno, así de miserables y voraces son los atracadores policías, que como justificación argumentan que le tienen que dar parte de lo que recaudan, al jefe superior, estos policías delincuentes, entre los que no se sabe cual es cual, convierten en cómplices a sus compañeros que no recurren a esas prácticas, pero que guardan silencio ante la conducta indebida de sus iguales, en cuanto a los elementos policíacos de la fiscalía, las recurrentes violaciones de los derechos humanos que cometen, hacen que se vengan abajo casos criminales y todo porque no tienen capacidad los elementos para proceder debidamente.
LA SEGURIDAD SIGUE QUEDANDO A DEBER.- Con todo respeto a las personas que sufren la terrible enfermedad del cáncer, así como es invasiva esa enfermedad, con terribles efectos en el cuerpo, se usa como alegoría para establecer una similitud, con lo que se registra en los cuerpos policiacos, que cada día carecen de confianza entre la sociedad, al menos quien esto escribe no concede ni la más mínima confianza, por la simple y sencilla razón de que la persona de quien menciono en los dos primeros párrafos, es mi hijo, el fue quien padeció la situación descrita, un jefe de los energúmenos que detuvieron a mi hijo, dicen que no lo maltrataron, creo que la sola detención de una persona que no es responsable de una actitud delincuencial, provoca daños que derivan en condiciones nerviosas, que si eso no les parece que sea parte de agresiones de los elementos policiacos nefastos, no encuentro como es que se pudiera llamar a los abusos, violación de los derechos humanos y actitudes prepotentes haciendo alarde de su cargo y del arma que portan.
HAGAME USTED EL GRAN FAVOR.- El impredecible diputado Edgardo Hernández Contreras, que igual despotrica un día contra los cuerpos policiacos, al otro día enaltece su condición de sufrimiento, por la falta de protección contra el covid y los malos salarios, o como aquella ocasión que le dijo a una legisladora, que si no fuera porque es mujer, ya le habría propinado una golpiza y meses después cubrió de elogios a la misma legisladora, en la atropellada gestión legislativa, que ha tenido el mencionado diputado, paladín de las causas anti corrupción, nunca ha señalado nada en contra del partido que representa, considerado en la actualidad el partido político más corrupto, de manera insistente, repite una y otra vez, Hernández Contreras que no buscará otro cargo político, pero a como se ha venido desempeñando recientemente, pareciera que no le disgustaría, que lo invitaran a desempeñarse en alguna actividad relacionada con la fiscalía, o en alguna dirección policiaca, de ahí se advierten tantas visitas a penales, la misma fiscalía y comandancias policiacas, para provocar risas a cualquiera.
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